La jueza federal MarÃa Servini, titular del juzgado federal 1 de la Ciudad de Buenos Aires, resolvió que la actuación de organizaciones polÃticas en los años 70’s no son crÃmenes de lesa humanidad ni crÃmenes de guerra ni graves violaciones a los derechos humanos y por lo tanto se encuentra prescripta. Lo hizo al rechazar un pedido realizado por asociaciones defensoras de represores que buscan reabrir una causa por los hechos ocurridos el 2 de julio de 1976 en la Superintendencia de Seguridad Federal.
La Justicia sostiene ininterrumpidamente desde 2001 que el accionar represivo del Estado durante la dictadura cÃvico-militar constituye crÃmenes de lesa humanidad y en consecuencia imprescriptible; y que hay un deber de investigar, juzgar, sancionar y reparar a las vÃctimas. Ninguno de esos elementos se aplica a estos hechos cometidos por organizaciones polÃticas, como ratificó la Corte Suprema de Justicia de la Nación y diferentes tribunales en esta y otras causas.
Este tipo de denuncias intentan equiparar el terrorismo de Estado con la actuación de organizaciones polÃticas y volver a instalar la “teorÃa de los dos demonios†para garantizar la impunidad de quienes secuestraron, torturaron, abusaron, asesinaron, desaparecieron y se apropiaron de cientos de niños y niñas.
Amparados en normas nacionales e internacionales, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se han comprometido desde hace 20 años en llevar adelante las polÃticas de Memoria, Verdad y Justicia. Como parte de esa polÃtica de Estado, ya se han realizado más de 320 juicios orales y públicos con la condena de casi 1200 represores en un proceso que ha respetado todas las garantÃas constitucionales y que es reconocido como un ejemplo por todo el mundo.
Estas polÃticas de derechos humanos son parte esencial de la construcción de estos 40 años de democracia y, junto a nuestras Madres, nuestras Abuelas, familiares y sobrevivientes, el pueblo argentino ha salido en su defensa cada vez que estas han sido amenazadas porque no hay democracia sin justicia, sin memoria, sin verdad y sin reparación.
